
En la antigua Plaza del Pan, hoy, Plaza de Jesús de la Pasión, se está instalando una estructura metálica que soportará unos toldos con la finalidad de generar una zona de sombra. Llama la atención que esta corporación municipal que se está caracterizando por mejorar el medio ambiente urbano y que tiene en cartera la plantación de miles de árboles en la ciudad, opte por este tipo de soluciones no sostenibles.
No vamos a entrar en la contaminación visual que generará, que ya se ha comentado en varios medios de prensa, ocultando la Iglesia del Salvador y el edificio que hace esquina con Puente Pellón, un ejemplo de la arquitectura contemporánea con sus dos fachadas que muestran los murales de cerámica típica de Sevilla, propia de la escuela del prestigioso Niculoso Pisano. Este edificio es de los edificios más fotografiados de Sevilla.
Pero si queremos dejar constancia del efecto “invernadero” que provocan este tipo de actuaciones. El aire caliente generado por el calor que desprenden los pavimentos, asciende, porque el aire caliente pesa menos que el aire frío. Cuando el aire caliente asciende y encuentra el obstáculo del toldo para poder seguir ascendiendo, busca salidas laterales, generando una corriente de aire caliente, que caldea la zona perimetral de la estructura de sombra.
Decimos que no es sostenible desde el punto de vista medioambiental porque la mejor sombra es la natural que no altera el funcionamiento climático del espacio público.
Decimos que no es sostenible desde el punto de vista económico porque no se puede comparar el coste de la actuación de obra que se realiza a diferencia de plantar media docena de árboles.

