En la Garita. Si así me siento, detrás de ese espacio que es seguro, estrecho y suena a Guardia Civil, pero que sirve de poco cuando no eres feliz mirando a otros que lo pasan muy mal.
Los mandos de la política siguen con sus caprichos y no se enteran, su única letra es quítate tú pa ponerme yo; los indignados protestan con imitaciones del 68 pero con IPOD en sus bolsillos; la guasa creativa se ha cambiado por el wuhasa o huasa o como se escriba... La ética se queda como consuelo de tantas derrotas y de mi soledad...
Hago pernocta para que lo mejor de la cultura no desaparezca, pero es tan poco Recibo por el hueco de la saetera los escupitajos de los cabreados por los recortes al bienestar, las críticas furibundas de mis compañeros por mi apoyo manifiesto a una gestión mixta de la crisis más Profesional y Pragmática y, también, de los nuevos adláteres de los palcos y casetas efímeras del poder segundón por mi falta de entusiasmo, ya que estoy instalado allí, en esa esquina privilegiada de nuestra ¿libertad cultural?
Garita que suena a nombre de mujer o fruta tropical agradable, pero es sólo un refugio gris, aunque sueñe con Sherezade cada noche
Desde allí veo al lobo venir y antes de chillar me dicen ¡agorero!, otras lloro en silencio con el recuerdo de un tema musical juvenil y otras, con ánimos sacados de entrelíneas del Quijote, oriento a jóvenes a mejorar la gestión con el equilibrio de valores éticos, económicos y estéticos, para intentar que convenzan de algo a los que detentan el gobierno; esto último cada vez menos
Una garita cada día más alejada de los salones donde a veces me invitaban a bailar, a modo de bufón con carrera universitaria producto de las llamadas Democratización (cantidad) y Democracia (calidad) Cultural.
Soy un gatekeeper (portero) de nuestra cultura en decadencia, me pagan para que parezca que todos tienen derecho a entrar, para gestionar las colas de los días de puertas abiertas, para apaciguar a los lidercillos más peligrosos con cursos de marketing cultural, para que anime a todos a participar usando el encantamiento del flautista y, si interpreto bien mi papel, que crean el mayor número posible, que pueden ser VIPS algún día o noche, pero hoy no, ¡mañana..! Y para recibir coscorrones cuando viene tormenta, o la crítica llega muy lejos o empujan la puerta principal los peliculeros Otros, y sienten amenazados sus intereses de contertulios para estar cerca de la mesa de los que realmente detentan el poder: Titiriteros y Alquimistas con mayúsculas que mueven los exclusivos Mercados y curiosamente ningún grupo terrorista les apunta.
La cultura siempre al servicio del poder local y global, aunque ahora del Pan y Circo se ha pasado a las múltiples barritas para adelgazar el espíritu crítico y a las multi-pistas comunicacionales de las redes, para conocer el-último-performance-de-diseño-de-moda-espectacular-de-Las-Vegas-o-Shangai, pero que te importe un comino la biblioteca de tu barrio con problemas para abrir cada mañana...
Cultura individual para todos los bolsillos, aunque no puedas salir del nuevo laberinto, porque no tengas ya el hilo del ovillo de nuestra abuela con el que poder encontrar ese camino compartido, que es o debería ser la felicidad
Desde una Garita en compañía de una ética con pizca de estoico hedonismo, y poco más
A lo lejos las casetas para bailar taconeando encima de todas estas mentiras... Dura muy poco la evasión, pero como dice la letra pasa la vida...