Antonioi Rendón . El 7 de diciembre, según relata el capitán Alonso Vázquez en Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alejandro Farnesio, un soldado que excavaba un refugio halló inesperadamente una tabla con la imagen de la Pura y Limpia Concepción, cuyos colores aparecían sorprendentemente intactos. Aquel descubrimiento fue recibido como un signo de protección en un momento extremo.

La mañana siguiente, 8 de diciembre, se produjo el hecho que la tradición militar recordaría como el “milagro de Empel”,un súbito y riguroso frío heló las aguas que cercaban la posición española, obligando a la flota enemiga a retirarse para evitar quedar atrapada. Liberados del cerco, los Tercios pasaron al contraataque y recuperaron la iniciativa en la isla.

Impresionados, los propios rebeldes,según dejó escrito el capitán Vázquez, reconocieron la singularidad de lo ocurrido. Desde entonces, la Infantería Española vinculó su destino a la protección de la Inmaculada Concepción, cuya festividad del 8 de diciembre quedó consagrada como símbolo histórico de unidad, valor y tradición castrense.

El Tercio de Olivares, legado histórico y recreación patrimonial

El Tercio de Olivares fue originariamente una unidad militar integrada en los célebres tercios españoles, fuerzas de élite que constituyeron uno de los pilares del poderío militar de la Monarquía Hispánica durante la Edad Moderna. Esta formación, creada en el siglo XVII bajo el patrocinio del Conde-Duque de Olivares ,valido y principal ministro del rey Felipe IV, se encuadraba dentro de la infantería real y participó en diversas campañas que marcaron el devenir histórico de aquel siglo.

En la actualidad, el denominado Tercio de Olivares no corresponde a una unidad militar activa, sino a una asociación cultural sevillana,dedicada a la recreación histórica y a la conservación del patrimonio inmaterial vinculado a los antiguos tercios españoles. Sus integrantes, procedentes de distintos ámbitos, trabajan con rigor y fidelidad para reproducir la imagen, organización y vida cotidiana de aquella unidad del siglo XVII.

Con este propósito, la asociación organiza desfiles y exhibiciones en los que se emplean indumentarias, armamento de época no funcional y elementos representativos meticulosamente documentados. Estas actividades suelen complementarse con acompañamiento musical y la presencia de personajes característicos de la sociedad barroca, lo que permite ofrecer al público una representación vívida y pedagógica de cómo se presentaban y actuaban estas unidades hace cuatro siglos.

El Tercio de Olivares, en su vertiente contemporánea, se erige así en una valiosa iniciativa de divulgación histórica,en Sevilla, contribuyendo a preservar y difundir un capítulo esencial del legado militar y cultural de España.

La proclamación de la Inmaculada Concepción como Patrona de la Infantería Española hunde sus raíces en un episodio decisivo de la Guerra de Flandes. En diciembre de 1585, el Tercio al mando de don Francisco de Bobadilla quedó cercado en el monte de Empel, en la isla holandesa de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal. Exhaustos y sin posibilidad de retirada, los soldados españoles se encomendaron a la Virgen en medio del asedio de la escuadra calvinista del conde de Holac.